El Perdón: Sana, Reconcilia y es la base de la Salvación
HOLA, REALIZA LA ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO, ANTES DE LAS LECTURAS DEL DÍA Y LA REFLEXIÓN
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO
Ven Espíritu divino
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
Lectura del libro del Génesis (17,3-9):
EN aquellos días, Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos.
Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti.
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios».
El Señor añadió a Abrahán:
«Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes en sucesivas generaciones».
V/. «Palabra de Dios». R/. «Te alabamos Señor».
SALMO RESPONSORIAL
Sal 104,4-5.6-7.8-9
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
V/. Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.
V/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
V/. Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/..
EVANGELIO DEL DÍA
Proclamación del santo evangelio de nuestros Señor Jesucristo según san Juan (8,51-59):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.
R/. Palabra del Señor «Gloria a TI Señor Jesús».
ACEPTAR QUE NO SOMOS PERFECTOS Y DEJAR QUE EL SEÑOR TRANSFORME NUESTRO CORAZÓN: ¡COSA DIFÍCIL!
La vida de nosotros los seres humanos, muchas veces se torna demasiada complicada, no porque sea un desastre vivir en este mundo, creación de Dios. Sino que nosotros los seres humanos siempre estamos buscando como complicarnos, la vida, como estar metidos en dilemas, en problemas que creamos, por diferentes circunstancias, que pueden ser por causas naturales o por nuestra terquedad, y esta última duele más que cualquiera, pues desafortunadamente los hombres nos metemos en tantos líos o adquirimos enfermedades muchas veces por dárnoslas de que nos las sabemos todas. Y claro acá aparece esa realidad oculta del hombre; la realidad de Dios, donde muchas veces nos preguntamos: ¿DONDE ESTABA DIOS, CUANDO PASO ESTO? Y la respuesta siempre es sencilla, siempre ha estado ahí, pero por nuestra terquedad de hombres, no lo dejamos actuar, no le entregamos nuestras dolencias, nuestros afanes, nuestros defectos, sino que solo lo queremos utilizar para que sea nuestro comodín y ya. Pues siendo realistas cuando le entregamos lo malo al Señor las cosas cambian y todo se vuelve más exigente, pues el hecho de entregar todo al Señor hasta la enfermedad y la muerte, eso nos lleva a la locura de aceptar todas estas cosas con alegría y esperanza, y lo otro es que cuando le entregamos nuestros defectos al Señor: la ira, el desorden, los vicios, el mal genio, la impaciencia, el orgullo, la soberbia y otras cosas que son una carga en nuestras vidas, en ese momento empieza la lucha verdadera, pues el Señor no las quita del todo muchas veces, sino que utiliza circunstancias para irlas puliendo y despareciendo de nuestras vidas.
Por eso la invitación del día de hoy, es muy sencilla, y es que nos sentemos y evaluemos nuestras vidas y miremos porque todo se nos torna pesado, porque nos cuesta aceptar nuestro presente y nuestro pasado, y si estamos pasando momentos de enfermedad propia o de un cercano o la muerte de un ser querido, preguntémonos: ¿Por qué nos cuesta aceptar estas situaciones? ¿será que nos falta más confianza en Dios?, por eso entremos en el silencio de nuestro corazón y miremos, si queremos entregar todo al Señor, no para que nos quite las cargas, sino para que nos las enseñe a cargar, y esto se logra cuando pedimos de corazón que venga el espíritu Santo, y nos de la sabiduría para aceptar nuestras vidas, con lo bueno y lo malo.
OREMOS
Señor, sé que no es fácil aceptar nuestras vidas, nuestro pasado mal trabajado, nuestra forma de ser conflictiva, nuestros odios a personas que son muy molestas para nuestra existencia, Señor sé que no es fácil aceptar la enfermedad, la muerte de un ser querido, en fin, aceptar la realidad de nuestras vidas, pero hoy quiero ofrecerte mi vida para que hagas de ella en ejemplo de paz y alegría en el amor y la entrega, dejando que TÚ transformes mi corazón y mi vida, para bienestar propio y de los que me rodean amén.
“LETANIAS DE LA HUMILDAD”
"Dios mío, no soy más que ceniza y polvo"
Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón parecido al tuyo.
Del deseo de ser alabado, líbrame, Señor
del deseo de ser honrado, líbrame, Señor
del deseo de ser aplaudido, líbrame, Señor
del deseo de ser preferido, líbrame, Señor
del deseo de ser consultado, líbrame, Señor
del deseo de ser aceptado, líbrame, Señor
del temor a ser humillado, líbrame, Señor
del temor a ser despreciado, líbrame, Señor
del temor a ser reprendido, líbrame, Señor
del temor a ser calumniado, líbrame, Señor
del temor a ser olvidado, líbrame, Señor
del temor a ser ridiculizado, líbrame, Señor
del temor a ser injuriado, líbrame, Señor
del temor a ser rechazado, líbrame, Señor
del temor de mi enfermedad y la de los demás, líbrame, Señor
del temor de mi muerte y la de los demás, líbrame, Señor
Concédeme, Señor, el deseo de que otros sean más amados que yo,
Concédeme, Señor, el deseo de que otros sean más estimados que yo,
Concédeme, Señor, el deseo de que otros crezcan y yo disminuya,
Concédeme, Señor, el deseo de que otros sean alabados y yo sea despreciado,
Concédeme, Señor, el deseo de que otros sean empleados en cargos importantes, y que a mí se me juzgue inútil,
Concédeme, Señor, el deseo de que otros sean preferidos, y yo sea menospreciado,
Concédeme, Señor, el deseo de que los demás sean más santos que yo, con tal, que yo sea todo lo santo que pueda.
De ser desconocido y pobre, Señor, me alegraré,
De estar desprovisto de perfecciones naturales de cuerpo y de espíritu, Señor, me alegraré,
que no se piense en mí, Señor, me alegraré,
que se me ocupen en los empleos más bajos, Señor, me alegraré,
que ni se dignen usarme, Señor, me alegraré,
que no se me pida mi opinión, Señor, me alegraré,
que se me deje el último lugar, Señor, me alegraré,
que no me hagan cumplidos, Señor, me alegraré,
que me reprueben a tiempo y a destiempo, Señor, me alegraré,
Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia,
porque suyo es el Reino de los Cielos.
OREMOS
Dios mío, no soy más que polvo y ceniza. Reprime los movimientos de orgullo que se elevan en mi alma. Enséñame a despreciarme a mí mismo, Vos que resistís a los soberbios y que dais vuestra gracia a los humildes. Por Jesús, manso y humilde de Corazón. Amén.